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Cuaresma, tiempo de volver al Señor

18 Feb

Benedicto XVI: Vivir la Cuaresma sin «rivalidades»

Durante la celebración del Miércoles de Ceniza en la Basílica de San Pedro, el Pontífice ha pedido que se viva la Cuaresma superando «individualismos y rivalidades», como un «signo humilde y valioso» para los que están alejados o son indiferentes a la fe.

Durante la homilía, en la que es la última gran celebración que el Pontífice presidirá en la Basílica de San Pedro antes de que el 28 de febrero a las 20.00 horas se haga efectiva su renuncia, el Papa ha subrayado cómo en ocasiones el rostro de la Iglesia se ve «desfigurado». Concretamente, se ha referido a «los golpes contra la unidad de la Iglesia y las divisiones del cuerpo eclesial». Benedicto XVI ha resaltado la importancia del testimonio de la fe y de la vida cristiana de cada individuo y de las comunidades para manifestar el rostro de la Iglesia».

Por ello, en su segunda aparición pública desde que anunció su decisión, ha insistido en la necesidad de vivir la Cuaresma en una «intensa y evidente comunión eclesial», superando «individualismos y rivalidades» como «un signo humilde y valioso para aquellos que son lejanos de la fe o indiferentes». En este punto, ha recordado las palabras del apóstol San Pablo en la segunda carta a los Corintios: «Ahora es el momento favorable, ahora es el día de salvación». A su juicio, esas palabras resuenan también ahora «con urgencia» por lo que el término «ahora» se ofrece como una ocasión «única e irrepetible».

Del mismo modo, el Pontífice ha remarcado la importancia de «la autenticidad de cada gesto religioso» y ha recordado que Jesús denuncia «la hipocresía religiosa, el comportamiento de apariencia y las actitudes que buscan el aplauso y la aprobación». Para ilustrar esta idea, ha citado el evangelio de San Mateo y las tres normas de la ley judía: limosna, oración y ayuno, «tres indicaciones tradicionales en el camino cuaresmal para responder a la invitación de ‘volver a Dios con todo el corazón'».

«El verdadero discípulo sirve a su Señor»

Benedicto XVI ha remarcado que «el verdadero discípulo no sirve a sí mismo o al público, sino a su Señor, en la sencillez y en la generosidad». «El testimonio es siempre más incisivo cuando se busca menos la gloria personal y se hace más consciente que la recompensa del justo es Dios mismo, estar unidos a Él aquí en el camino de la fe y al término de la vida, en la paz y en la luz del encuentro cara a cara con Él por siempre».

El Papa ha recordado las lecturas de la Misa del miércoles de ceniza que recuerdan que los fieles «están llamados a convertir en actitudes y comportamientos concretos en esta Cuaresma». Además, ha destacado las palabras del profeta Joel: «Volver a mí con todo el corazón». Esto significa, tal y como ha comentado, volver a cada uno «desde el centro de los pensamientos y sentimientos, desde las raíces de las decisiones, elecciones y acciones con un gesto de total y radical libertad». Además, el Pontífice ha indicado que la Cuaresma, este ‘regreso’ al Señor es «posible como gracia porque es obra de Dios y fruto de la fe que se desprende de su misericordia» y que se convierte en realidad concreta en la vida sólo cuando «la gracia del Señor penetra en lo íntimo y lo sacude y dona la fuerza de rasgar el corazón».

«Muchos parecen dispuestos a rasgarse las vestiduras frente a los escándalos e injusticias -naturalmente cometidos por otros- pero pocos parecen dispuestos a actuar sobre el propio corazón, sobre la propia conciencia y las propias intenciones, dejando que el Señor transforme, renueve y convierta», ha añadido.

 Htas. os adjunto algunos recursos litúrgicos con el deseo que sean útiles para la reflexión personal y comunitaria  en este tiempo cuaresmal, que acabamos de iniciar, tiempo de GRACIA, de CONVERSIÓN, de ENCUENTRO CON EL SEÑOR.

miércoles de ceniza                                          Celebración de la Palabra. Tentaciones.    

guía del caminante                          Retiro de Cuaresma                      Viviendo la Cuaresma

Ideas para un retiro cuaresmal       Que es cuaresma                                    Un retiro cuaresmal

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Radio Nacional de España y Radio 5 transmitieron la Misa desde nuestra capilla en Madrid

4 Abr

El domingo, 25 de marzo, RNE y Radio 5 retransmitieron la Misa del Domingo 5º de Cuaresma, desde nuestra capilla de la Casa Central, en Madrid.                                        

Como en anterior ocasión, diciembre de 2010, el director P. Manuel Muñoz Fernández, ofmcap. nos pidió el favor de realizarla con motivo de la solemnidad de la Anunciación, que se retrasó al día siguiente al coincidir con el tiempo cuaresmal.

Presidió la Eucaristía el P.Jorge Naranjo Alcaide, mccj, quien fue ordenado el 2 de septiembre de 2005 y destinado como misionero al Cairo, donde trabajó con los refugiados sudaneses, estudió árabe y el Islam. Después llegó a Sudán, a la Parroquia de la Inmaculada de Omdurmán. Actualmente realiza estudios en Madrid y pertenece a la comunidad comboniana.

Amenizó la celebración un grupo de Htas. dirigidas por Silvia Ibarra, a la guitarra y solista, quien acompañó también algunos seglares.

Desde los textos que la liturgia propone este domingo, Jr 31, 31-34; Sal 50; Heb 5, 7-9; Jn 12, 20-33, el P. Jorge hizo esta reflexión:

 “Mi alma está agitada”. Las palabras que nos transmite el evangelio de Juan nos recuerdan a las palabras que pronunció en el Huerto de los Olivos. Allí un ángel lo calmó. Aquí se oye una voz del cielo: “Lo he glorificado y lo volveré a glorificar”. El Padre confirma que la Cruz es la llave de la vida eterna, el sello de la Nueva Alianza que hace posible que el hombre pueda escuchar la voz de su creador en su corazón.

 Esta voz también nos invita a acercarnos al misterio del dolor desde una perspectiva diferente. En la misma línea, la Carta a los Hebreos nos dice que Cristo “aprendió a obedecer a través de las cosas que sufrió”. Quiere decir que el hecho de Jesús fuera el Hijo de Dios no le eximió de estar sometido a las experiencias de desengaño y dolor por las que atraviesa toda persona humana. Por eso precisamente tiene la autoridad para mostrarnos el camino que lleva a la plenitud de la vida humana y transforma el sentido del dolor y del sufrimiento. Desde la fe es posible transformar nuestra mirada sobre ellos para descubrir que nos pueden ayudar a comprender lo que es verdaderamente esencial en la vida. Desde esta perspectiva cobra pleno sentido el lema de la Jornada por la Vida: “Ama la vida, toda la vida”. 

Este día se celebra en España «La JORNADA PRO-VIDA», en defensa del niño no nacido, cuya intención tuvimos muy presente en nuestra celebración.


Hoy, 22 de febrero, comienza la CUARESMA

22 Feb

Con el miércoles de ceniza, que la Iglesia celebra en este día, se da inicio a la Cuaresma, tiempo de gracia y conversión, 40 días para revisar nuestra vida y rectificar aquello que no es grato a los ojos de Dios y no contribuye a nuestro bien personal ni al de nuestros hermanos.

El Papa Benedicto XVI nos propone en su mensaje cuaresmal esta reflexión:

«Este año deseo proponer algunas reflexiones a la luz de un breve texto bíblico tomado de la Carta a los Hebreos: «Fijémonos los unos en los otros para estímulo de la caridad y las buenas obras» (10,24). Esta frase forma parte de una perícopa en la que el escritor sagrado exhorta a confiar en Jesucristo como sumo sacerdote, que nos obtuvo el perdón y el acceso a Dios. El fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales: se trata de acercarse al Señor «con corazón sincero y llenos de fe» (v. 22), de mantenernos firmes «en la esperanza que profesamos» (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos «la caridad y las buenas obras» (v. 24). Asimismo, se afirma que para sostener esta conducta evangélica es importante participar en los encuentros litúrgicos y de oración de la comunidad, mirando a la meta escatológica: la comunión plena en Dios (v. 25). Me detengo en el versículo 24, que, en pocas palabras, ofrece una enseñanza valiosa y siempre actual sobre tres aspectos de la vida cristiana: la atención al otro, la reciprocidad y la santidad personal».

PADRE CANTALAMESSA ADVIERTE CONTRA EL PELIGRO DE “AMAR SIN EL CORAZÓN”

29 Mar

Para tod@s las Ht@s y personas que quieran visitar esta página, les ofrecemos esta reflexión cuaresmal, que consideramos de gran interés y profundidad para nuestra vida.

Primera predicación de Cuaresma, sobre el “eros” y el “agape”

Las personas consagradas corren muchas veces el riesgo de amar a Dios “sólo con la cabeza”, sin implicar el amor afectivo meramente humano.

Sin embargo, el rechazo del amor humano como algo opuesto al amor de Dios puede ser un obstaculo en la nueva evangelización. Contra esta tentación quiso poner en guardia el padre Raniero Cantalamessa en su primera predicación de Cuaresma hoy, ante el Papa y la Curia Roma.

Cantalamessa afirmó que uno de los ámbitos en los que la secularización “actúa de modo particularmente difundido y nefasto”, es el ámbito del amor. “La secularización del amor consiste en separar el amor humano, en todas sus formas, de Dios, reduciéndolo a algo puramente profano, donde Dios está de más e incluso molesta”.

Pero el tema del amor, subrayó, “no es importante solo para la evangelización, es decir, en la relación con el mundo; lo es también, y ante todo, para la vida interna de la Iglesia, para la santificación de sus miembros”.

El predicador pontificio hizo un análisis sobre la distinción que ciertos teólogos han hecho entre el “eros” o amor humano y pasional, y el “agapé”, o el amor de oblación, apoyando sus reflexiones en la Deus Caritas est de Benedicto XVI.

El amor “sufre una nefasta separación, no sólo en la mentalidad del mundo secularizado, sino también en el lado opuesto, entre los creyentes y en particular entre las almas consagradas. Simplificando al máximo, podríamos formular así la situación: en el mundo encontramos un erossin agape; entre los creyentes encontramos a menudo un agape sin eros”.

“El eros sin agape – explicó – es un amor romántico, muy a menudo pasional, hasta la violencia. Un amor de conquista que reduce fatalmente el otro a objeto del propio placer e ignora toda dimensión de sacrificio, de fidelidad y de donación de sí”.

El agape sin eros, en cambio, es como un “amor frío”, un amar “con la cabeza”, “sin participación de todo el ser, más por imposición de la voluntad que por impulso íntimo del corazón”, en el que “los actos de amor dirigidos a Dios se parecen a aquellos de ciertos enamorados inexpertos que escriben a la amada cartas copiadas de un prontuario”.

“Si el amor mundano es un cuerpo sin alma, el amor religioso practicado así es un alma sin cuerpo”, afirmó. “El ser humano no es un ángel, es decir, un puro espíritu; es alma y cuerpo sustancialmente unidos: todo lo que hace, incluyendo amar, debe reflejar esta estructura suya”.

Si la corporeidad es sistemáticamente negada o reprimida, subrayó, “el resultado será doble: o se sigue adelante de forma fatigosa, por sentido del deber, por defensa de la propia imagen, o bien se buscan compensaciones más o menos lícitas, hasta los dolorosísimos casos que están afligiendo a la Iglesia”.

“En el fondo de muchas desviaciones morales de almas consagradas, no puede ignorarse, hay una concepción distorsionada y deformada del amor”, advirtió.

Por ello, añadió, la redención del eros “ayuda antes que nada a los enamorados humanos y a los esposos cristianos, mostrando la belleza y la dignidad del amor que les une. Ayuda a los jóvenes a experimentar las fascinación del otro sexo, no como algo turbio, vivido lejos de Dios, sino como un don del Creador para su alegría si se vive en el orden que Él quiere”.

Pero también ayuda a los consagrados, hombres y mujeres, para evitar “ese amor frío, que no desciende desde la mente hasta el corazón. Un sol invernal que ilumina pero que no calienta”.

La clave, explicó, es el enamoramiento personal de Cristo.

“La belleza y la plenitud de la vida consagrada depende de la calidad de nuestro amor por Cristo. Sólo éste es capaz de defender de los bandazos del corazón. Jesús es el hombre perfecto; en él se encuentran, en un grado infinitamente superior, todas esas cualidades y atenciones que un hombre busca en una mujer y una mujer en un hombre”.

“Su amor no nos sustrae necesariamente de la llamada de las criaturas y en particular de la atracción del otro sexo (esta forma parte de nuestra naturaleza, que él ha creado y que no quiere destruir); pero nos da la fuerza de vencer estas atracciones con una atracción más fuerte. “Casto – escribe san Juan Clímaco – es aquel que expulsa al eros con el Eros”, concluyó el padre Cantalamessa.

(CIUDAD DEL VATICANO, viernes 25 de marzo de 2011 (ZENIT.org)